Nerón, ¿festejará?

Regalito de Darky, de Huroncetes. ¡Gracias!

Nerón a la semana de llegar a casa, un mapachito bebé.

Hace exactamente un año, nos llamaban para que vayamos a buscar a nuestro primer huroncito. Estábamos tan nerviosos como si fueramos a dar a luz. Encima de todo, un desencuentro de horarios y días hizo que para el llamado, no tuvieramos ni la jaula armada, ni las hamacas listas, ni el transportín encima!

Cuando lo trajimos pesaba apenas medio kilo, se patinaba con las patitas de atrás, y tenía tal pegote en la cabeza que pensamos que tendría el cráneo abollado y no sobreviriría. Ni que decir del olor, se nos ponían los ojos en blanco cuando nos asomábamos a la sala.

Así como llegó Nerón, nos fuimos de los abuelos con jaula y todo porque plastificábamos el piso... El huroncito estaba tan "mordelón" y frenético que excepto nosotros, nadie quería acercarle la mano. De esa estadía se trajo una bañera de la muñeca de nuestra sobrina, una maraca con la que juega -cuando todos dormimos-, y el cariño incondicional de la abuela Alicha.

Nerón en la actualidad, en pleno "muestre pulgas" huronil...

A un año, nos siguen sorprendiendo sus poses al dormir, sus truquitos para recibir un premio, sus mimos, sus escondites, sus juegos, sus destrezas. Hoy tenemos mucho que agradeceder de todos y cada uno que nos aportaron consejos, relataron experiencias, acercaron información o escucharon nuestras dudas; de los que caminan y dokean a nuestro paso, de los que van delante e incluso, de los que prefieren la danza de la comadreja. ¡Es que somos felices y tenemos mucho por qué brindar!

Como bien dice una forera... ¡Pon un hurón en tu vida! Como decimos nosotros, "... los hurones son un camino de ida, y se terminan convirtiendo en la medida de nuestra felicidad."

¡Chin chín!